A través de Radio “El Conquistador” Red Los Lagos, se ha querido homenajear en vida a quienes hicieron historia, ídolos que brindaron satisfacciones en momentos memorables, en lo deportivo, social, político o profesional,
En esta oportunidad, destacamos la figura del talento osornino en el basquetbol profesional, Erwin Wilfrie Frohlich Albrecht, quien tuvo el orgullo de vestir también la camiseta de la Selección Nacional por los años 60.
En la época de gloria de “Los Diablos Rojos” del Club Deportivo Español, el “Gringo Frohlich o “Alazán”, como le decían con cariño sus compañeros de equipo, destacó por altura y talento, tal es así, que incluso, fue llamado como refuerzo a la Selección de Valdivia donde fueron campeones nacionales en la competencia oficial de esos años e incluso era elogiado por su contribución en cada partido.
“Los Diablos Rojos”, eran de temer en el basquetbol a nivel nacional, siendo campeones varias veces de los campeonatos “Provincias del Sur”.
Uno de sus amigos personales y admirador de Erwin Frholich, fue el basquetbolista, Oscar Rosas Boysen, quien hizo mención a la persona del pivot, señalando, que, «se trata de un tremendo ser humano que disfrutaba en plenitud del deporte e irradiando energía positiva hacia el grupo».
“Aún recuerdo, al gringo Frohlich, defender la camiseta con esa característica garra y precisión, era imparable, aplaudido y ovacionado por los hinchas que concurrían en masa el estadio español para apoyar a “Los Diablos Rojos”, enfatizó Rosas.
Cabe destacar que Erwin se dedicaba a la producción agrícola por tradición familiar, casado con su amada esposa Carla Melita Mohr Chreiftof, con quien tuvo 3 hijos, Isabel Margarita, Luis y Jorge, este último fallecido.
El destacado basquetbolista, cuya pasión no solo era el deporte, sino también la agricultura, jamás se le vio pesimista, ya que, siempre tuvo una palabra de aliento para sus pares.
Hoy a sus 86 años de edad, disfruta y descansa en sus logros, en un predio agrícola cercano a la ciudad de Osorno, junto a su amada compañera y amiga, Carla, quien ha estado a su lado durante toda una vida, apoyándolo en sus sueños trabajo y aspiraciones. Erwin, mira con orgullo el fruto de su esfuerzo, dejando como huella un ejemplo a seguir para sus hijos y nietos.