Luis Palma comenzó a trabajar en el rubro como pequeño productor de miel en su vivienda ubicada en el sector de Tegualda hace dos años, sin embargo, recientemente perdió todo su trabajo, dado que no hubo producción de miel debido a que sus abejas murieron.
“Yo estoy recién partiendo en este tema y soy un pequeño productor, pero la presencia de otro tipo de abejas que llegaron desde afuera, que trajeron enfermedades, además de la fumigación de un cultivo de raps cercano a mi apiario, hizo que murieran mis abejas y perdiera toda la producción”, dijo Palma. Perdió 180 kilos de miel, que en dinero son más de 2 millones 800 mil presos. Ahora debe empezar de cero. “Para producir, me preparo de un año para otro y ahora no pude generar ingresos. Fue plata y tiempo perdido”, lamentó el apicultor de Tegualda.
En tanto, el productor de miel purranquino Guido Gallardo, quien tiene su apiario en el sector Los Riscos, ve con preocupación la situación que está afectando a los productores locales, dado que el trabajo se ve perjudicado y nadie responde ante las pérdidas, porque no existe una regulación por parte del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
“Nadie interviene en lo que se debe normar. En regularizar y fiscalizar mejor los apiarios que llegan desde el norte con enfermedades y cosas raras. Aquí se instaló un apiario de fuera a 200 metros de mi propiedad. No se toman en cuenta los esfuerzos que realizamos los pequeños productores sureños para combatir la chaqueta amarilla, observando y cuidando los árboles en floración para que se desarrollen como corresponde”.
Frente a la preocupación de los apicultores locales sobre la presencia de apiarios foráneos en la zona que traen enfermedades, la seremi de Agricultura, Tania Salas, dijo que la apicultura es una actividad muy importante para la región y el país, no sólo por su producción , sino por el rol que tiene para otras actividades como la fruticultura y horticultura a través de la polinización.
El SAG tiene competencia en tres aspectos de la apicultura a través del programa que obliga a declarar los apiarios; en la sanidad a través de la vigilancia vinculada a la aparición de enfermedades exóticas y endémicas; y finalmente, en la certificación de exportaciones, verificando el cumplimiento de los requisitos de países de destino, incluyendo todo el proceso.
Fuente:Soypuertomontt